Un juez de Nevada ha rechazado una demanda para obligar al gobernador Steve Sisolak a levantar una orden de cierre de bares que impuso el 27 de julio para evitar que la gente se reúna y propague el COVID-19.
En abogado de 62 bares del área no respondió de inmediato a los mensajes sobre si apelará la orden del juez Kerry Earley, que respalda la decisión del gobernador de cerrar los negocios como parte de su poder y "racionalmente relacionada con un propósito gubernamental legítimo".
El abogado, Dennis Kennedy, admitió durante una audiencia la semana pasada que el gobernador tenía autoridad para invocar el poder de emergencia durante la pandemia de coronavirus e imponer cierres para promover la seguridad pública; pero argumentó que la medida estaba matando empresas.
El juez rechazó los argumentos de Craig Newby, procurador estatal adjunto, de que las directivas de emergencia no pueden ser impugnadas en los tribunales con base en alegaciones de falta de debido proceso constitucional o violación de la igualdad de derechos de protección.
Sin embargo, decidió que la directiva de Sisolak tenía como objetivo racional evitar que las personas se reunieran y propagaran el virus "congregándose durante largos períodos de tiempo, como dentro de un bar".
El gobernador dijo que los restaurantes pueden estar abiertos con mesas separadas, pero prohibió los asientos en las barras.
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Kennedy argumentó que la mayoría de las tabernas dependen de los ingresos de las máquinas de juego de video en bares que ahora están prohibidas debido a la directiva del gobernador.
