Como ya es costumbre, la Casa Blanca celebró el día de Halloween.
El presidente y su esposa Michelle, la primera dama, ambos sin disfraz, recibieron a niños y jóvenes que se acercaron disfrazados a recoger caramelos.
A pesar de que la pareja no iba adecuada para la ocasión, sí llevaban unos atuendos muy otoñales y acordes con el día en tonos oscuros y anaranjados.
La celebración, que ya es toda una tradición, se celebró en los jardines de la casa residencial que sí estaba adornada con telarañas, calabazas y otros símbolos decorativos propios de esta fecha.
Lo que no sabemos es si de pronto harán alguna celebración de carácter privado donde sí darán rienda suelta a su imaginación y escogerán originales disfraces.