Víctimas de tiroteo se ven obligados a vivir en El Paso

La familia mexicana estaba de visita en la ciudad y, hoy, siguen recibiendo atención médica.

Las secuelas provocadas por la masacre ocurrida el pasado 3 de agosto en una tienda Walmart de El Paso continúan afectando a varias personas. Tal es el caso de la familia De Alba, quienes se encontraban de visita en la ciudad y ahora tienen que adaptarse a la vida en suelo estadounidense.

“Dije, ya valí, ya valí, hasta aquí llegué ya”, rememoró la pequeña Ericka De Alba, quien es originaria de la ciudad de Chihuahua y fue afectada por este episodio de violencia. “Estaba como en shock temblando, estaba como cuando quieres que no pase algo en tu vida y de repente llega”.

Es justo este momento que quedará en la historia de El Paso lo que ha provocado que esta menor de 9 años y su familia, quien también fue afectada, tengan que permanecer en la ciudad fronteriza para continuar recibiendo ayuda médica.

Por su parte, la madre de la pequeña Ericka, Oliva Rodríguez, recuerda la horrible escena de violencia que le tocó vivir con su familia.

“Me dice “hay balazos” y nos tiramos al piso y se escuchaban muchos disparos, gritos y mucho olor a pólvora”, dijo Rodríguez. “Había muchos charcos de sangre, en primer lugar, había personas muertas alrededor de nosotros y pensó que nos había dejado muertos a todos y, de hecho, todos quedamos tendidos así en el piso y solamente nosotros tres, mi esposo, mi hija y yo, nos levantamos de ahí”.

Dentro de la tragedia, la menor buscó en sus recuerdos quien fuera su héroe, un oficial del Departamento de Policía de El Paso (EPPD) que la cargó después de recibir un impacto de bala en su pierna llevándola a recibir atención en una ambulancia.

“Me fue a visitar y me regaló un peluche, pero unos días después me tomé una foto”, dijo Ericka. “Muchas gracias, no sé cómo pagártelo, salvaste mi vida, muchas gracias”, dijo agradeciendo al oficial.

Por otro lado, Mario De Alba, el padre de Ericka, continúa hospitalizado mientras que su esposa e hija pasan por el amargo momento al estar lejos de casa y sin recursos, ya que la ayuda de hospedaje terminó y, según Rodríguez, la ayuda prometida por el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, aún no ha llegado.

“Nosotros ganamos pesos y ahora que estamos viviendo aquí en Estados Unidos, estamos resintiendo mucho los gastos que tenemos y, pues, nos dicen que va a haber ayuda, pero será hasta diciembre, pero por mientras tenemos que estar viviendo”, dijo la mujer.

A ya más de un mes de la masacre, Rodríguez deja un mensaje al sospechoso de haber estado a cargo del tiroteo.

“No se merece nada, es una persona ignorante que no tiene valores, es una persona mala que no tiene a Dios en su corazón y creo que nunca lo conoció y ni lo conocerá jamás”, dijo la mujer.

Si usted quiere ayudar a la familia De Alba, puede comunicarse al número telefónico (915) 873-7957.

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