Gobernador demócrata de Louisiana firma estricta ley que prohíbe los abortos tras latidos

Se suma así a la ola de estados conservadores que han aprobado nuevas leyes antiabortistas.

El gobernador demócrata de Louisiana, en el sur de Estados Unidos,  firmó este jueves la ley que prohíbe el aborto a seis semanas de embarazo, una medida que lo pone directamente en línea con los líderes de otros estados conservadores del sur y que al mismo tiempo provoca la ira de miembros de su propio partido.

Con su firma, el gobernador John Bel Edwards convirtió a Louisiana en el quinto estado en promulgar una ley que prohíbe el aborto cuando se detecta un latido fetal, uniéndose a Mississippi, Kentucky, Ohio y Georgia. Alabama ha ido más allá, prohibiendo prácticamente todos los abortos.

La ley de Louisiana no contiene excepciones para embarazos por violación o incesto.

Sin embargo, la firma del proyecto de ley no limitará las tres clínicas de aborto del estado en el corto plazo. La ley entrará en vigencia solo si la ley del vecino Mississippi, que recientemente fue bloqueada por un juez, es confirmada por un tribunal federal de apelaciones.

Edwards, un católico que se postula para la reelección este año, no llevó a cabo una firma pública, sino que anunció su acción a través de su oficina.

En repetidas ocasiones dijo que tenía la intención de firmar la medida, citando su fe y diciendo que sus opiniones coinciden con las de las personas en su estado conservador y religioso, a quienes describió como "abrumadoramente pro vida".

Los legisladores de Louisiana apoyaron abrumadoramente la prohibición, con un voto de la Cámara de Representantes de 79-23 y un voto del Senado de 31-5.

En EEUU el aborto es legal en la práctica desde que en 1973 la Corte Suprema declaró inconstitucional cualquier interferencia del Estado en la decisión de la mujer sobre el embarazo.

En los últimos años, sin embargo, el movimiento conservador ha tratado de que la Corte Suprema, de mayoría derechista, vuelva a estudiar su constitucionalidad para revertir la decisión de 1973.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y los nombramientos en el Supremo de los jueces conservadores Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh han supuesto esperanzas renovadas para los que anhelan su prohibición.

La prohibición del aborto aprobada en Alabama, por ejemplo, tiene el objetivo manifiesto provocar una batalla legal que llegue a la Corte Suprema.

Mientras tanto, el Partido Republicano ha tratado de sortear ese fallo aprobando normas que obstaculizan el acceso al aborto amparadas en los derechos religiosos y la salud de las mujeres.

Trump, además, ha retirado la financiación pública a las clínicas de planificación familiar que ofrecen abortos, una medida dirigida sobre todo a Planned Parenthood, la mayor de estas organizaciones en el país contra la que los conservadores tienen una cruzada.

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