Fútbol colombiano de luto por violencia

BOGOTA - Colombia - Radamel Falcao, el capitán Mario Alberto Yepes y sus compañeros de la selección colombiana se unieron el jueves al rechazo contra la violencia en el fútbol, enlutado por el asesinato de aficionados que lucen los colores de clubes rivales. Los jugadores, que tienen a Colombia con un pie en el Mundial de 2014, se pronunciaron a raíz de la muerte violenta en Bogotá de tres personas en distintos incidentes vinculados con barrabravas entre viernes y lunes. "Es hora de cambiar de actitud y no tomar los colores de las camisetas como uniformes de batalla", escribieron los jugadores en una carta que divulgó el jueves la oficina de prensa de la Federación Colombiana de fútbol. Los crímenes en los que murieron dos jóvenes hinchas del Atlético Nacional de Medellín fueron atribuidos por las autoridades a barrabravas que lucían camisetas azules de Millonarios de Bogotá. Carlos Andrés Medellín, de 19 años, y Carlos Javier Rodríguez, de 21, fueron asesinados en incidentes separados el lunes por la noche. "No queremos más violencia en las calles y menos en el fútbol. Vamos a hacer de nuestro deporte una herramienta para la consolidación de la paz y la tolerancia de todos los colombianos", expresaron los miembros del combinado. Los asesinatos de Medellín y Rodríguez se sumaron a la muerte de un sargento retirado del ejército cuando salió en defensa de su hijo que lucía la camiseta roja de Santa Fe el viernes por la noche. La policía atribuyó ese caso a un barrabrava de Millonarios. Santa Fe y Millonarios son rivales de patio en la capital colombiana, mientras que Millonarios y Atlético Nacional protagonizan la mayor rivalidad del país. Medellín fue sepultado el miércoles por la tarde y más de 300 hinchas, muchos de ellos llorosos, con la camiseta verde y banderas de Nacional, acudieron al cementerio El Apogeo, al suroccidente de Bogotá, y clamaron justicia. "No quiero enterrar a otro hijo por una causa tan absurda (una camiseta)", manifestó Rosendo, padre de Carlos Andrés, en alusión a otro miembro de su familia seguidor de Millonarios. Las acciones de los barrabravas llevaron al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, a aplazar el clásico Millonarios-Nacional. El duelo estaba previsto para el martes y ahora se realizará el 8 de octubre. Los actos violentos no se limitaron a los de Bogotá. Mientras Medellín era sepultado, se conoció que en la población de Lebrija, a las afueras de Bucaramanga, a unos 300 kilómetros al noreste de Bogotá, barrabravas con la camiseta de Atlético Bucaramanga apuñalaron a dos hinchas del Independiente Medellín. El ataque se registró el lunes y los detalles los reveló el general Saúl Torres Mojica, comandante de la policía de Bucaramanga. Cuatro jóvenes fueron retenidos y horas más tarde recobraron la libertad por orden del juez que atendió el caso. Las lesiones personales menores no son castigadas con cárcel, según la ley colombiana. Los aficionados esperaban un autobús para seguir su viaje a Medellín luego que acompañaron el domingo a su conjunto al partido que ganó 1-0 a Cúcuta Deportivo por el torneo Clausura. El presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció el jueves que la autoridad perseguirá a los violentos. "Estamos viendo unos delincuentes disfrazados de hinchas y contra ellos vamos a ir con todo, no vamos a tener ningún tipo de contemplación... No vamos a sacrificar ningún campeonato", sostuvo. La incontenible violencia generó voces encontradas, unas partidarias de posponer encuentros y hasta suspender el torneo, como sucedió tras el asesinato del árbitro Alvaro Ortega en Medellín en noviembre de 1989, y otras de rechazo, entre ellas la del fiscal general de la nación Gustavo Montealegre. "No es la solución cerrar los estadios. Los hechos aislados de unas minorías (barrabravas) no pueden traducirse en sanciones colectivas", opinó el miércoles. El ministro del Interior, Aurelio Iragorri, uno de los altos funcionarios que respaldó la determinación del alcalde Petro de posponer el encuentro, afirmó el jueves que el gobierno no ha considerado la posibilidad de suspender el campeonato. "Sería un autogol mundial", expresó. "No existe ninguna posibilidad en este momento de que se suspenda o se considere la suspensión del campeonato", subrayó Iragorri, y reveló que antes de tres meses estará listo el sistema para identificar a quienes ingresan a los estadios. El presidente de la liga profesional Dimayor, Ramón Jesurúm, ha pedido leyes más severas para castigar a los violentos, pero Iragorri cree que las vigentes son suficientes. "No faltan más normas, tenemos 11 que hacen referencia al tema de seguridad, de convivencia, del estatuto del hincha. Las medidas existen ya en la ley. En ese orden de ideas, necesitamos que se aplique la ley", concluyó. La pena máxima por un asesinato es de 60 años de cárcel y de uno a 10 años de prisión a quienes entren a las canchas sin permiso

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