El film se centra en la noble misión del periodismo, aquel que informa por sobre todo.
Una madre mexicana atravesó el miedo de ser deportada y alejada de su hijo, Azael Paz, quien fue diagnosticado con parálisis cerebral, y desde hace 12 años es alimentado con sondas que van directo a su estómago.
“Por cinco minutos que no tuvo oxígeno en el cerebro fue que le dañó su nervio derecho, del cerebro, y por eso le causó la parálisis”, explicó Ester Arias.
En busca de ayuda, la mujer acudió a la cabina del locutor de radio Piolín, quien no dudó en extenderle una mano amiga y buscar un camino legal a través de expertos en inmigración, que la puedan sacar de las sombras junto a su esposo.
Ahora los padres de Azael ven una luz de esperanza, pues en seis meses podrían llegar a tener un status migratorio en Estados Unidos que los mantendría alejados del peligro de la deportación.
