Papa Francisco rompe el protocolo en México

El tercer pontífice que visita México demostró que su interés es estar cercano a los fieles

Fiel a su personalidad y a la historia que le antecede, el papa Francisco rompió el protocolo a su llegada a México y mostró que su deseo es estar cerca de las personas.

En el hangar presidencial, tras la bienvenida que le dieron el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, el pontífice salió de la alfombra roja que marcaba su recorrido para acercarse a las tribunas donde cientos de invitados le demostraban cariño.

Lo mismo ocurrió tras su arribo a la Nunciatura Apostólica, en el sur de la ciudad, donde poco antes de las 11pm/10c, salió del recinto y provocó lágrimas, aplausos y la algarabía de los mexicanos que a gritos le decían "¡te queremos!".

El primer latinoamericano en ser elegido papa no dudó en acercarse a los fieles que entonaban cánticos y, con una enorme sonrisa, les pidió que "dejaran descansar a los vecinos". Seguramente, el pontífice estaba enterado de que a sus antecesores no les dejaban dormir con las serenatas que cada noche les obsequiaban.

Francisco requería descansar después de un viernes que inició muy temprano y lo llevó de Italia a Cuba y, luego, a México donde este sábado y domingo cubrirá una apretada agenda en la capital mexicana y el Estado de México, en la que se reunirá con autoridades y la jerarquía eclesial pero, sobre todo, se postrará ante la Virgen de Guadalupe, la Patrona del segundo país con más católicos en el mundo.

Afuera de la Nunciatura, el papa rezó con los fieles, les bendigo y, a través de ellos, extendió sus parabienes a todos los mexicanos, a quienes invitó a que "se quieran" porque de esa manera el país estará mejor.

"Les pido que en su corazón recuerden a las personas que quieren, y también a los no quieren, a la gente con la que están enojados, a los que le tienen rabia, que le tienen celos, que le tienen envidia, y pongamos todos a los que queremoss y a los que no queremos delante del Señora, para que junto con nosotros bendiga a todos... ¿de acuerdo?".

"Ahora, tranquilitos", les pidió, "nos vayamos a casa en paz y mañana nos vayamos a encontrar, pero no se olviden, mientras vamos a casa o vayamos a dormir, mirar a la Virgen y recordarles esos rostros de las personas que nos quieren, para que la Virgen los bendiga".

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