Dejando entre los creyentes la bendición de Dios y con la esperanza de que la justicia llegue para los usuarios, el obispo de Celaya reconoció que por muchos años ha consumido marihuana para aliviar sus dolores.
Benjamín Castillo, el obispo, dice que adquirirla "en Guadalajara es muy sencillo, llevas tu bote de alcohol y te lo llenan de marihuana".
La confesión del prelado se dio luego de que la Suprema Corte de Justicia permitiera a cuatro personas usar con fines recreativos dicha hierba.
Y es que quienes la necesitan como él están cansados, indicó, de recurrir a la ilegalidad para conseguirla.
"El hombre puede decidir entre el bien y el mal y muchas veces nos inclinamos al mal", añadió.
El jerarca de la Iglesia Católica en esa ciudad aceptó que el estado tendrá que regular su uso para evitar que se convierta en una fuente de adicciones, palabras con las que convenció a quienes asistieron a misa.
Por supuesto, también hubo quien reprobó las ideas del religioso e incluso pidieron que lo separaran de su cargo.
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Los representantes de la Iglesia Católica en México dicen que solo cesarían al obispo si lo dispusiera o porque se le acusara directamente de cometer un delito.
Por su parte, el presidente de la República expresó su preocupación de que la legalización se traduzca en el consumo de otras drogas y llamó a un debate nacional.
Pero entretanto, quien la compre y la consuma, como este obispo, correrá el riesgo de quebrantar las leyes.
