Cártel de Sinaloa envía maras a vengarse

Las autoridades federales estadounideses sostienen que el Cártel de Sinaloa opera en el Medio Oeste des país a través de numerosas pandillas.

El arresto de pandilleros de la Mara Salvatrucha, provenientes de Los Ángeles, acusados de trabajar para el Cártel de Sinaloa, podría confirmar una conexión aún más profunda y peligrosa.

Tres pandilleros de la Mara Salvatrucha de Los Ángeles fueron acusados del secuestro y tortura de dos jóvenes en Minnesota, sospechosos de haber robado 60 kilos de metanfetaminas y dinero, pertenecientes al cártel de Sinaloa.

El fiscal federal Andrew Luger informó en un comunicado divulgado hoy en la ciudad de St. Paul (Minesota) sobre los cargos presentados contra Jesús Ramírez, de 31 años, Jonatan Delgado, de 22, y Juan Ricardo Elenes Villalvazo, el "Chapo", de 32.

Los tres sospechosos, de los cuales el "Chapo" sigue prófugo, enfrentan la posibilidad de prisión perpetua por tráfico de drogas, además de sentencias menores por el uso de armas de fuego, secuestro y amenazas a sus víctimas, precisó el fiscal.

Según lo informado, los pandilleros fueron enviados el mes pasado desde Los Ángeles para encontrar a quienes robaron la droga y 200,000 dólares en efectivo de una casa en St. Paul, utilizada como depósito por los traficantes de droga.

El comunicado oficial indica que la casa estaba controlada por un cártel mexicano, y, según documentos de la corte obtenidos por el periódico Star Tribune, se trataría del cártel de Sinaloa, que controla el tráfico de heroína y otras drogas en el Medio Oeste.

Según la investigación, los dos jóvenes, de 16 y 19 años, eran responsables de vigilar la casa y, tras ser capturados por los pandilleros, fueron atados a unas sillas y golpeados durante horas, mientras apuntaban con armas a sus cabezas.

Los secuestradores, que habrían amenazado de muerte a los jóvenes y a sus familias si no compensaban al cártel con 300.000 dólares, finalmente les dejaron en libertad.

El fiscal declaró en el comunicado que los hechos denunciados son "una tenebrosa comprobación de la capacidad violenta de los cárteles de traficantes de drogas".

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