En Pahrump los animales tienen segundas oportunidades

Todos conviven en paz, así que no es extraño ver a la pony Rosita en el corral de los toritos Wilson y Henry, mientras que el gallo Filiberto vive junto a la tortuga Hércules.

LAS VEGAS-La agenda de la enfermera veterinaria Yaileny Selema Sánchez siempre está repleta. Trabaja en Las Vegas y vive a una hora de camino, en Pahrump, donde no llega precisamente a descansar porque más de 40 animales cuentan con ella.

En la llamada "Granja de las segundas oportunidades" no hay animales deshauciados ni peligrosos, todos tienen el privilegio de volver a empezar, como el gallo Filiberto que casi muere tras ser atacado por un coyote o el chivito Ernesto que tiene problemas cardíacos y debe vivir dentro de la casa para no agitarse mucho.

Yaileny dice que cuando emigró de su natal Cuba y llegó a Estados Unidos se dio cuenta que muchos animales necesitan ayuda porque "hay muchos que lo tienen todo, pero hay otros que no tienen nada".

"La mayoría de mis animales tienen problemas médicos, por eso están acá, porque siento que muchas personas pueden rescatar animales pero no pueden brindarle atención médica", dijo Yaileny.

AMOR PARA TODOS

Estos huéspedes especiales, algunos de cuatro patas, otros con plumas, caparazón o pico, requieren de vacunas, revisiones médicas y limpieza, trabajo que comparte con su novio Alejandro Pérez Barrueta, que conoció en la High School, sin saber que años después, y en un país diferente, el amor por los animales los uniría.

Hace un año compraron una gran casa de varios acres en Pahrump, que poco a poco se ha ido convirtiendo en el hogar feliz de animales como las cabras Lulú y Lola, o de los puerquitos Oscar y Lolo.

Algunos buenos samaritanos han donado comida y cobijas para estos animalitos, así como para comprar las jaulas de los puercos.

"Poco a poco me fui adentrando en el mundo el rescue (rescate animal) y ahora no puedo vivir sin eso, porque me llena completamente la alegría de pasar a un animal casi muerto a la vida, eso no lo cambio por nada", indica.

Asegura que afortunadamente todos estos animales conviven en paz, así que no es extraño ver a la pony Rosita en el corral de los toritos Wilson y Henry, mientras que el gallo Filiberto vive junto a la tortuga Hércules.

"Los animales acá se llevan muy bien, todos son felices y están saludables, y pues, somos una gran familia", dijo Yaileny entre risas.

Estos huéspedes especiales, algunos de cuatro patas, otros con plumas, caparazón o pico, requieren de vacunas, revisiones médicas y limpieza, trabajo que comparte con su novio Alejandro Pérez Barrueta, que conoció en la High School, sin saber que años después, y en un país diferente, el amor por los animales los uniría.

Producción y edición de video: Grace Oria Pereira

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