Futuro de los dreamers, un tema “difícil” para Trump

El presidente dijo que algunos son "fabulosos" y otros "pandilleros y narcotraficantes".

El presidente Donald Trump dijo el jueves que abordará "con corazón" la situación de 750,000 inmigrantes traídos a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños y a los que la Casa Blanca protegió de la deportación en 2012.

El mandatario señaló que la situación de los jóvenes amparados por un alivio migratorio -conocido por sus siglas en inglés DACA- es "uno de los temas más difíciles que tengo" porque "me parece muy duro hacer lo que la ley ordena exactamente qué hacer. La ley es estricta".

A lo que Trump se refería es a que las leyes de Estados Unidos estipulan la deportación de los extranjeros que ingresen a territorio estadounidense sin la debida autorización.

Durante una prolongada conferencia de prensa en la que abordó diversos temas del acontecer nacional, el presidente señaló que en su búsqueda de una solución para este grupo de inmigrantes "tengo que lidiar con muchos políticos y tengo que convencerlos de que lo que digo es correcto", sin precisar detalles sobre sus planes.

Trump dijo que la mayoría de los jóvenes que gozan del alivio migratorio son "fabulosos" pero aclaró que "en algunos casos tienen DACA y son pandilleros y narcotraficantes también" sin mencionar nombre alguno.

Defensores de los derechos de inmigrantes y algunos legisladores federales han exigido la liberación inmediata de un mexicano que fue detenido la semana pasada por autoridades migratorias en Seattle a pesar de contar con el amparo migratorio.

La policía migratoria ha dicho que Daniel Ramírez Medina, de 23 años, admitió ante sus agentes que era miembro de una pandilla, y que fue arrestado por ser considerado una amenaza para la seguridad pública.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, había dicho el mes pasado que Trump planeaba pedir a su gabinete que elabore un plan para definir la situación de estos inmigrantes, pero el mandatario no mencionó el jueves ese pedido.

Trump prometió durante su campaña que planeaba deportar a los 11 millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización y que anularía el alivio migratorio concedido por su predecesor, Barack Obama. Sin embargo, en diciembre dijo a la revista Time que su gobierno trataría de buscar la manera de que esos jóvenes permanezcan en el país.

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