Bajo la lluvia abuchean al “bus de la deportación”

ATLANTA - El aspirante republicano a la gobernación de Georgia, Michael Williams, que recorre el estado en un autobús con polémicas consignas antiinmigrantes y ha amenazado con deportar él mismo a los indocumentados, dijo el miércoles a Efe durante un acto en Clarkston que "muchas personas se están saliendo con la suya cuando quebrantan la ley".

Ni las duras críticas de activistas proinmigrantes, ni el retiro de su anuncio de campaña el miércoles por parte de YouTube, por presuntamente violar las normas del sitio digital, han desacelerado el ímpetu de Williams, quien en su día actuó como uno de los soportes en el estado de la campaña del actual presidente, Donald Trump.

"El principal propósito de este tour es crear conciencia sobre el problema que tenemos con la inmigración ilegal. Nos hemos convertido en un país en el que muchas personas se están saliendo con la suya cuando quebrantan la ley", dijo a Efe Williams desde el interior de un remolque en el que viajaba este miércoles detrás del "autobús de la deportación" en Clarkston, Georgia, una localidad en la que el 50% de sus residentes son inmigrantes.

Bajo una torrencial lluvia y entre consignas y pancartas con las inscripciones "El amor, no el odio, hace grande a América" y "Sin odio y sin miedo, los inmigrantes son bienvenidos aquí", decenas de personas recibieron al aspirante republicano.

Como en una especie de "déjà vu", Williams repite muchas de las más controvertidas consignas de Trump contra los inmigrantes indocumentados, calificándolos de "asesinos", "violadores", "secuestradores", "abusadores de niños" y "criminales" y colocó en su autobús gris la palabra "Danger" (peligro) en la parte posterior, con letras rojas.

También ha rotulado "Follow me to Mexico" (sígueme hasta México).

Para el alcalde de Clarkston, Edward Terry, la visita de Williams es ofensiva y una provocación "innecesaria" para los residentes de la localidad, conocida como la milla cuadrada más diversa de Estados Unidos.

"Es innecesario que venga aquí. De hecho, la gran mayoría de nuestros residentes están aquí legalmente y no pueden ser deportados. Dividiendo no se van a resolver los problemas que afectan a la comunidad", declaró a Efe Terry.

En tiempos en los que cada vez más las ciudades y condados de Georgia limitan su cooperación con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), Williams promete extender el programa 287(g) a todo el estado, de ser electo gobernador.

Actualmente, solo los condados de Cobb, Gwinnett, Hall y Whitfield participan en el programa, aunque los condados de Bartow y Floyd, así como el Departamento Correccional de Georgia, ya han presentado su solicitud para incorporarse.

El programa 287(g) es una sección de la ley de inmigración vigente desde 1996, que permite a los gobiernos locales recibir fondos federales para entrenar a agentes y llevar a cabo funciones migratorias, como verificar el estatus legal de los detenidos y entregarlos al ICE en caso de que sean indocumentados.

No obstante, ni el mensaje hostil, ni la lluvia torrencial que caía el miércoles sobre Clakston, pudo ahuyentar a activistas y residentes de la zona que recibieron entre abucheos al candidato y su autobús.

"Las políticas racistas no tienen cabida en nuestro estado y este tipo de retórica lo único que hace es ponernos cincuenta años atrás, y nosotros solo queremos avanzar como comunidad", sostuvo por su parte Adelina Nicholls, directora ejecutiva de la Alianza Hispana Pro Derechos Humanos (GHLAR).

A pocos días de las primarias republicanas, que se llevarán a cabo el próximo 22 de mayo, el actual Secretario de Estado en Georgia y también aspirante al cargo, Brian Kemp, no se ha quedado atrás en cuanto a retórica antinmigrante y, al igual que Williams, ha dicho que él mismo se encargará de deportar "a los inmigrantes ilegales".

En uno de sus más recientes anuncios, Kemp asegura que usará su propia camioneta para retener y deportar a "los criminales ilegales".

Williams y Kemp enfrentarán en las elecciones al vicegobernador, Casey Cagle, al exsenador Hunter Hill y al empresario Clay Tippins.

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