Charlottesville

Supremacistas blancos tendrán que pagar $25 millones por violencia en Charlottesville

El veredicto supone un rechazo al movimiento supremacista blanco, particularmente hacia las dos docenas de individuos y organizaciones que fueron acusadas en el litigio federal de orquestar violencia contra afroestadounidenses, judíos y otros, en una conspiración planeada de forma meticulosa.

En un veredicto mixto, un jurado dictaminó este martes que supremacistas blancos tendrán que pagar más de $25 millones por daños y perjuicios debido a la violencia que se registró en el mitin Unite the Right, en la ciudad de Charlottesville, Virginia, en el 2017.

En un juicio civil que duró casi un mes, un jurado de la Corte de Distrito en Charlottesville quedó en un punto muerto sobre dos de los alegatos principales en el proceso judicial, pero halló a los extremistas responsables por otros cuatro cargos. La demanda fue presentada por nueve personas que afirmaron haber sufrido heridas físicas o emocionales durante los dos días de manifestaciones.

El veredicto supone un fuerte golpe al movimiento supremacista blanco, particularmente hacia las dos docenas de individuos y organizaciones que fueron acusadas en el litigio federal de orquestar "de forma meticulosa" violencia contra afroestadounidenses, judíos y otros grupos minoritarios.

Los abogados de los demandantes invocaron una ley de hace 150 años, que fue aprobada durante la guerra civil para proteger a los esclavos liberados de la violencia y proteger así sus derechos civiles. Conocida como la Ley Ku Klux Klan, la legislación contiene una provisión poco usada que permite que ciudadanos privados demanden a otros ciudadanos por violaciones a sus derechos civiles.

El 11 y 12 de agosto, cientos de nacionalistas blancos llegaron hasta Charlottesville para la protesta Unite the Right, con la intención de mostrar su oposición a los planes de la ciudad de remover la estatua del general confederado Robert E. Lee.

Durante la marcha en el campus de la Universidad de Virginia, los nacionalistas corearon “los judíos no nos remplazarán”, al tiempo que eran rodeados por otros manifestantes que rechazaban su presencia. El día siguiente, un admirador declarado de Adolf Hitler embistió un vehículo contra una multitud de contramanifestantes, matando a una mujer y lesionando a docenas de otros.

El entonces presidente Donald Trump desató una tormenta política cuando se rehusó a denunciar inmediatamente a los supremacistas, diciendo, en cambio, que había “muy buenas personas en ambos lados”.

El conductor de ese vehículo, James Alex Fields Jr., está sirviendo una condena de vida en prisión por asesinato y delitos de odio. Fields es uno de los 24 acusados en la demanda, que fue financiada por Integrity First for America, una organización sin fines de lucro formada en respuesta a la violencia en Charlottesville.

En el litigio también se acusa a algunas de las figuras de supremacistas blancos más conocidos en el país de planificar la violencia, como Jason Kessler, el principal organizador del evento, Richard Spencer, quien acuñó el término “alt-right”, y Christopher Cantwell, otro supremacista quien es conocido como el “Nazi llorón” tras publicar un video cuando se emitió una orden de arresto en su contra bajo cargos de uso de gas pimienta contra los contramanifestantes.

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