Estados Unidos

Obama pide acabar con el populismo y la intolerancia

NACIONES UNIDAS - El presidente de EE.UU., Barack Obama, usó el martes su octava y última intervención ante la Asamblea General de la ONU para dar un discurso más filosófico que político, en el que recetó como solución a las crisis actuales más cooperación global y democracias verdaderas frente al auge de los populismos.

"Debemos rechazar cualquier forma de fundamentalismo y racismo o la creencia en una superioridad étnica que hace a nuestras identidades tradicionales irreconciliables con la modernidad", enfatizó Obama en su última intervención como presidente de EE.UU. en este foro.

"En su lugar, tenemos que abrazar la tolerancia que resulta del respeto a todos los seres humanos", añadió.

Obama defendió la necesidad de desarrollar y potenciar "democracias verdaderas" en cada rincón del mundo, frente a los modelos autoritarios guiados por "hombres fuertes", una reflexión con la que aludió indirectamente al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, pero también a líderes como el presidente ruso, Vladímir Putin.

"Hoy en día, una nación rodeada de muros solo conseguiría encarcelarse a sí misma", dijo también Obama en una crítica velada a Trump y sus propuestas aislacionistas.

Ante los desafíos actuales, a Obama no le sorprende que algunos vean, a su juicio equivocadamente, la solución en modelos autoritarios frente a "gobiernos incluyentes" y respetuosos del imperio de la ley y los derechos humanos.

Pero, al igual que hizo hace ocho años, en su primer discurso ante la Asamblea General, el presidente hizo hoy un alegato a favor del multilateralismo y la integración, al instar a elegir un "mejor modelo de cooperación" entre los países frente a un "mundo profundamente dividido".

"Debemos ir hacia delante, no hacia atrás", dijo Obama al mencionar entre los progresos logrados durante sus casi ocho años de mandato la mejora de la economía internacional, el acercamiento con Cuba, el acuerdo de paz en Colombia, el pacto nuclear con Irán y el de París contra el cambio climático, todos ellos fruto de priorizar la diplomacia frente a la confrontación.

Para afrontar los retos actuales, entre los que mencionó la no proliferación nuclear, el combate a enfermedades como el zika o la crisis de los refugiados, todos los países tienen que "hacer más", pidió Obama.

A su juicio, el mundo "será más seguro" si los refugiados reciben ayuda y anotó que algunos países están haciendo lo correcto, pero otros no.

En las escasas referencias directas que hizo a otros países en su discurso, Obama acusó a Rusia de tratar de recuperar la "gloria perdida" mediante el uso de la fuerza.

"Si Rusia sigue interfiriendo en los asuntos de sus vecinos, (...) con el tiempo menguará su estatura (internacional) y hará menos seguras sus fronteras", advirtió.

En cuanto al conflicto sirio, Obama repitió su creencia en que "no habrá una victoria militar" que pueda resolverlo por completo, por lo que, a su juicio, debe confiarse en "el duro trabajo de la diplomacia para acabar con la violencia y entregar la ayuda humanitaria a quienes lo necesitan".

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