México: revelan red que ayudó al exprófugo Javier Duarte

Una red de personas de origen mexicano habría ayudado a Javier Duarte, el exgobernador del estado de Veracruz detenido el sábado en Guatemala, a librar la justicia de su país, donde se ha convertido en un símbolo de corrupción e impunidad política y donde le acusan de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

"A partir de investigaciones de gabinete y campo se identificaron diversos domicilios, números telefónicos y vehículos relacionados con las personas que apoyaban a Javier Duarte desde la Ciudad de México, con la operación logística para su estancia y traslados en Guatemala", señaló en conferencia de prensa Omar García Harfuch, Jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía).

La pista que alertó a las autoridades mexicanas sobre la presencia de Duarte en Guatemala fue la detención de una persona el 10 de noviembre de 2016 en el Aeropuerto de Tapachula, en el sur de México, que portaba dos pasaportes con las fotografías de Duarte y su esposa pero con nombres distintos, reveló García.

Las autoridades creen que Duarte entró a Guatemala por tierra en el mes de noviembre o antes y que se desplazó por Antigua y otros departamentos donde incluso tenía propiedades.

Dado que la investigación se encuentra en curso, las autoridades mexicanas se negaron a revelar detalles sobre quienes presuntamente ayudaron en su huida al exmandatario. Sin embargo, destacaron que hubo "diversas compañías de aerolíneas privadas" que eran las encargadas de trasladar a Duarte a diferentes puntos de Guatemala.

Mientras tanto en México ya se celebra su captura y las autoridades han iniciado los trámites para solicitar la extradición —que podría agilizarse si Duarte acepta voluntariamente el traslado a su país. También se han comenzado a valorar las implicaciones de su detención: Para unos es una muestra de la efectividad de la lucha del gobierno contra la corrupción, mientras que para otros es todo lo contrario, al representar un ejemplo de lo enquistado que se encuentra este problema entre los políticos mexicanos.

El analista Alejandro Hope dijo desconocer si la detención —la segunda en una semana de un exgobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto— beneficiará al gobierno o no.

"En el mejor de los casos es un pequeño empujón de corto plazo, pero pone de nuevo en la picota la corrupción de los gobernadores", indicó Hope a The Associated Press. Recordó además que el veracruzano "sabe muchas cosas de mucha gente".

"¿En qué medida ese conocimiento es parte de unas condiciones de entrega? No lo sé, pero si la jugada es 'lo detenemos para tener rédito político', es una jugada de alto riesgo", agregó.

Desde la madrugada del domingo, Duarte quedó recluido en una prisión militar de Ciudad de Guatemala a donde llegó horas después de ser detenido el sábado por la noche tras seis meses de estar huyendo.

En plena Semana Santa, el político se había hospedado en un hotel de uno de los principales enclaves turísticos del país centroamericano, Panajachel —una localidad entre volcanes y montañas, a orillas del lago Atitlán, a 120 kilómetros de la frontera con México. Estaba con su esposa y ahí fue detenido luego de seguirle la pista tres días.

Según explicó Manuel Noriega, subjefe de Interpol en Guatemala y uno de los coordinadores de la captura. Duarte recibió una llamada de la fiscalía mexicana para decirle que había sido localizado y que la policía le esperaba en el lobby del hotel, así que bajó de su habitación de forma voluntaria, no iba armado y le arrestaron. Nada le fue incautado.

El exgobernador llegó a la capital de Guatemala custodiado por dos docenas de policías guatemaltecos y aunque cansado, mostró en muchos momentos de su detención una sarcástica sonrisa. A su ingreso a prisión y a preguntas de la AP, dijo: "No tengo comentarios, gracias".

Gobernador de Veracruz desde 2010, dejó el cargo el 12 de octubre de 2016 a menos de dos meses de concluir su mandato, bajo el argumento de que así podría atender las acusaciones de corrupción en su contra.

"No es un tema de huir, es al revés, (la dimisión) es para dar la cara", afirmó en entrevista a la cadena mexicana Televisa. Poco después desapareció.

El veracruzano es el segundo exgobernador del PRI en ser detenido en una semana. Tomás Yarrington, quien gobernó Tamaulipas de 1999 a 2005, fue arrestado en Italia el 9 de abril.

El caso de Duarte ha sido uno de los más delicados para la opinión pública por el alto nivel de violencia que se vivió en Veracruz durante su gobierno, con miles de muertos, desaparecidos y decenas de fosas clandestinas, además debido a la impunidad y la corrupción que reinó en la región.

Desde la emisión de una orden de captura en su contra, las autoridades mexicanas localizaron millones de dólares ligados a Duarte, congelaron un centenar de cuentas bancarias y revisaron propiedades y negocios vinculados con el veracruzano, quien se había jactado de no haber robado ni un peso de los fondos públicos. Al parecer, el exdirigente habría utilizado prestanombres y empresas fantasma para transferir recursos públicos para adquirir bienes inmuebles tanto en México como en el extranjero, señalaron las autoridades.

Alberto Elías Beltrán, subprocurador jurídico de la fiscalía mexicana, dijo que continúan las investigaciones para recuperar los activos que fueron sustraídos y para que toda su red de cómplices sea llevada ante la justicia. Sin embargo, no existen órdenes de aprehensión contra su esposa y otros familiares presentes en Guatemala, indicó Beltrán.

De hecho, para el analista de seguridad Raúl Benítez es "extraño" que hubiera familiares con él en Semana Santa. "O es un corrupto muy descuidado para llamar a su familia a pasar las vacaciones en un hotel o estaba muy confiado en su escape", subrayó.

"Tenemos muchos Duartes y muchos Yarrington", aseveró el experto en crimen organizado Edgardo Buscaglia. "La corrupción mexicana va más allá de una persona y de un partido, y el problema es que hay un pacto de impunidad y esta gente se protegen unos a otros".

En un comunicado emitido el sábado por la noche, el PRI pidió que "se sancione ejemplarmente" a Duarte, a quien expulsó a finales de octubre, "así como a quienes se compruebe que hayan formado parte de su red delictiva".

El actual gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, que logró por primera vez en la historia derrotar al PRI en esa región como candidato del Partido de Acción Nacional, mostró el domingo su satisfacción por una detención a la que él considera que contribuyó personalmente al presentar desde hace años denuncias contra Duarte.

"Lo logramos. Se hará justicia", indicó. "Que no pidan piedad quienes fueron despiadados con los veracruzanos, no habrá perdón, no acaba aquí la historia". Yunes confió en que todo el dinero robado sea devuelto a los veracruzanos, en que caigan todos los cómplices de Duarte y alabó la labor del gobierno federal en el caso.

"Nunca vi el menor asomo de complicidad, ni ningún intento de encubrirlo, al contrario", señaló.

Pero hay quienes no coinciden. Buscaglia cree que este tipo de capturas sólo se da cuando existe presión internacional y que siempre se negocian porque México todavía no ha puesto en marcha verdaderas medidas anticorrupción basadas en auditorias transparentes de las cuentas públicas.

"Lo que hay son 'shows' mediáticos y capturas negociadas", lamentó.

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