Perfil de un asesino: Scott Dozier

El hubiera sido el primer reo en morir en Nevada en 12 años.

El recluso condenado de Nevada que había sido programado para morir por una inyección letal con una combinación de tres drogas nunca antes utilizada en Estados Unidos, dijo en repetidas ocasiones que quería que se ejecute su sentencia y que no le importaba si era dolorosa.

“He sido muy claro sobre mi deseo de ser ejecutado…incluso si el sufrimiento es inevitable”, dijo Scott Raymond Dozier en una nota escrita a mano a una jueza del tribunal estatal, que pospuso su ejecución en noviembre del 2007 por preocupaciones de que el régimen de drogas no probado podría sofocarlo, consciente e incapaz de mover un músculo.

Dozier, un asesino convicto en dos ocasiones y que intentó suicidarse en el pasado, repitió su deseo de morir durante una breve entrevista telefónica el domingo 8 de junio con el periódico Las Vegas Review-Journal: “La vida en prisión no es vida”, dijo el recluso teniendo 47 años, “simplemente es sobrevivir”. Su ejecución fue programada para el 11 de junio, pero fue pospuesta por segunda vez tras la demanda de una farmaceútica.

Dozier, hijo de un ingeniero de agua federal, creció en Boulder City, Nevada y asistió a la secundaria en Phoenix. Él fue un veterano del ejército retirado honorablemente, fue un padre divorciado que se convirtió en técnico médico de emergencia durante el embarazo de alto riesgo de su entonces esposa, un pintor de pasteles, un paisajista y un usuario, fabricante y distribuidor de metanfetamina.

Él le contó a un psicólogo clínico, quien testificó en su juicio, que fue abusado sexualmente por un vecino adolescente desde sus 5 hasta sus 7 años. El psicólogo diagnosticó a Dozier con un trastorno antisocial de la personalidad con rasgos narcisistas.

Hay un límite en la cantidad de obras de arte y ejercicio físico que una persona puede hacer en prisión, dijo Dozier durante audiencias judiciales y cartas a la jueza de Las Vegas que pospuso su ejecución. La jueza del Tribunal del Distrito del Condado Clark, Jennifer Togliatti, una vez observó el régimen de Dozier que posiblemente lo convirtió en el recluso más en forma de los prisioneros en pena de muerte del planeta en su momento.

Togliatti presidió el juicio del 2007 en Nevada, en el que un jurado decidió que Dozier debía morir por condenas de asesinato en Arizona y Nevada, por los asesinatos separados de asociados de narcotráfico, de acuerdo con los registros judiciales.

En 2005, Dozier fue sentenciado a 22 años de prisión por los disparos y el asesinato de Jasen Greene, de 26 años, cuyo cuerpo fue encontrado en 2002 en una cueva a las afueras de Phoenix. Un testigo allí testificó que Dozier usó un mazo para romper las extremidades de Greene para que el cadáver cupiera en una bolsa de plástico que Dozier usó para transportar metanfetamina, equipo y productos químicos.

Dozier fue condenado a muerte por robar, matar y descuartizar a Jeremiah Miller, de 22 años, en un motel de Las Vegas durante el 2002. Dozier también usó nombres como Chad Wyatt.

Miller había venido a Nevada desde Phoenix para comprar ingredientes para fabricar metanfetamina; su torso desmembrado fue encontrado dentro de una maleta en un basurero de un complejo de apartamentos, le faltaban las piernas y las manos. El torso fue identificado por los tatuajes en los hombros; su cabeza nunca fue encontrada.

No se esperó que familiares de las víctimas de Dozier asistieran a la ejecución, que ha sido pospuesta dos veces y que se hubiera realizado en la prisión estatal de Ely, a 250 millas al norte de Las Vegas, según la portavoz de prisiones de Nevada, Brooke Santina.

Dozier suspendió todas las apelaciones de su condena y sentencia, lo que lo conviertió en uno de cada 10 por ciento de los reclusos que abandonaron las apelaciones y se ofrecieron como voluntarios para morir en todo el país desde 1977.

Los críticos dijeron que estaba buscando el suicidio asistido por el estado. Él podría haberlo pedido en cualquier momento hasta el último momento en que esté consciente, pero su abogado, Thomas Ericsson, dijo que no conoce ese plan. Dozier no ha respondido a los mensajes a través de sus abogados para hablar con The Associated Press.

Dozier sí, sin embargo, permitió que los defensores públicos federales revisaran y desafiaran el protocolo de ejecución elaborado el año pasado por funcionarios médicos y de prisiones estatales para la primera inyección letal de Nevada desde 2006. Argumentaron que la combinación de tres drogas no probada sería menos humana que sacrificar a una mascota.

Togliatti invitó a la revisión de la Corte Suprema del estado, diciendo que esperaba que la ejecución de Nevada sea observada de cerca por los funcionarios de los estados que han luchado en los últimos años para identificar y obtener medicamentos de compañías farmacéuticas que no quieren que sus productos sean utilizados para la pena de muerte.

El fabricante de midazolam, Alvogen, dijo en su momento que estaba considerando acciones legales para evitar lo que denominó "uso indebido" de su producto en la ejecución. Pfizer protestó durante el 2017, pero Nevada rechazó la demanda de la compañía farmacéutica de devolver el diazepam y el fentanilo fabricado.

El máximo tribunal estatal en mayo decidió por motivos de procedimiento que la ejecución podría seguir adelante, pero no revisó el protocolo de las tres drogas que los expertos en pena de muerte han caracterizado como experimental y arriesgado.

“Debido a que Nevada está usando una combinación de medicamentos que nadie ha usado antes, hay mucho sobre su protocolo del que no sabemos nada”, dijo Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información de Pena de Muerte en Washington, D.C.

El plan de ejecución de Dozier fue revisado durante junio del 2018 para sustituir el diazepam caducado que hay en la prisión por midazolam. Dizepan es un sedante comúnmente conocido como Valium que el estado calificó previamente como el primer medicamento en el protocolo de inyección letal.

Se esperaba que el sedante deje inconsciente a Dozier antes de que se le inyecte el poderoso opioide sintético fentanyl, que ha sido culpado por sobredosis en todo el país, pero no se ha utilizado en una ejecución. Eso será seguido por el medicamento paralizante muscular cisatracurium.

El midazolam se ha utilizado con resultados inconsistentes en estados como Alabama, Arkansas, Arizona, Florida y Ohio. Dunham notó las ejecuciones de 2014 de Dennis McGuire en Ohio y Joseph Rudolph Wood III en Arizona que dejó a ambos presos jadeando y resoplando antes de morir.

La última ejecución de Nevada ocurrió hace más de una década, cuando Daryl Linnie Mack pidió ser ejecutado por su condena en 1988 por una violación y asesinato en Reno.

Antes de que se pactara una tercera fecha para ejecutar a Dozier, y antes de que se resolvieran los procedimientos judiciales, el reo fue encontrado muerto en su celda por un aparente suicidio el pasado 5 de enero del 2018.

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