Una joven madre de Arizona que recibió un disparo en la cabeza durante el tiroteo masivo en Las Vegas ha hecho una recuperación aparentemente imposible en el Barrow Neurological Institute en Phoenix y, ahora, se dirige a casa con su familia.
Jovanna Calzadillas, de 30 años, quien no había respondido y cuya familia fue aconsejada para que la quitaran del sistema de soporte de vida en un hospital días después del tiroteo, caminaba este miércoles con ayuda y bromeaba con su familia y amigos.
"Quiero que los demás sepan que no deben vivir sus vidas con miedo, no voy a vivir mi vida con miedo por lo que me sucedió, la vida es demasiado corta. No podemos dejar que ganen. Y quiero que la gente sepa que los milagros suceden", dijo Jovanna en conferencia de prensa desde donde el hospital del que será dada de alta el jueves.
Después del tiroteo masivo del 1° de octubre, Jovanna permaneció en el hospital de Las Vegas durante aproximadamente tres semanas, hasta que estuvo lo suficientemente estable como para viajar a Phoenix.
"Cuando vi por primera vez a Jovanna, su estado neurológico era muy sombrío y no estaba claro si ella se recuperaría", dijo Lindley Bliss, médico internista, "El cerebro de Jovanna resultó gravemente herido, pero solo semanas después de su llegada a Phoenix, estaba despierta y receptiva, hablando y comiendo sola; su recuperación es una de las más profundas que he visto en mi carrera médica" agregó.
Al inciar a dar sus decalaraciones, Jovanna, quien tuvo que volver a aprender a hacer todo, incluso hablar, dijo: "me siento fuerte y positiva...y además puedo darle órdenes a mi esposo", y sonrió ante los medios de comunicación.
Cuando se le pregunto qué era lo que le motivaba a seguir luchando, Jovanna declaró que sus hijos y su esposo, además de sus ganas de vivir, fueron las razones para seguir adelante.
Local
Jovanna asistía al Festival de Música de la Ruta 91 de Las Vegas con su esposo Frank Calzadillas cuando ocurrió el tiroteo que dejó a 58 personas muertas y a más de 800 personas heridas.
Calzadillas recibió un disparó en la cabeza y tras el diagnóstico de los doctores se le daban pocas esperanzas; el 19 de octubre fue llevada a Phoenix, Arizona para ser atendida.
