Estudian nuevas opciones para contraseñas

Señalan que las claves del futuro hasta podrán incluir el latido de tu corazón.

Expertos señalan que las computadoras están bajo ataque constante de los piratas cibernéticos, por lo que es importante que los usuarios estén conscientes de la importancia de utilizar una clave que no sea fácil de adivinar.

“La gente usa contraseñas muy sencillas que son fáciles de adivinar o tienen computadoras muy sofisticadas que permiten un fácil acceso”, señala Shawn Henry, corresponsal de noticias de seguridad para NBC.

De acuerdo con cifras suministradas por Microsoft, el 81% del robo de datos está relacionado con el tipo de contraseña utilizada.

“Eso nos da una idea de la magnitud de este problema”, señala Brett Arsenault, director de seguridad informática del FBI. “Lo más importante es la autenticación y la forma de asegurarse que la persona que esta utilizado el dispositivo es la correcta”.

De acuerdo con un estudio reciente, la contraseña más popular en el 2016 fue “123456”, con más del 80% de los usuarios utilizando la misma clave.

Pero, además de eso, el estudio reveló que la mitad de usuarios escriben sus contraseñas en un papel, lo que ha expuesto a un estimado de 24 millones de dispositivos inteligentes en los últimos dos años.

Arsnault también destaca que la comunidad de piratas cibernéticos ha crecido y sus técnicas para tener acceso a las computadoras y cuentas de los usuarios se han sofesticado.

“Es por eso que es muy importante resolver este problema”, indica el experto.

Una de estas opciones es la tecnología que utiliza la huella dactilar, la silueta del rostro o cualquier otra forma de contraseña biométrica.

“Incluso un latido del corazón puede indicar que usted es quien dice ser y donde usted dice que esta”, dijo Julia White, vice presidenta de la Plataforma Cloud de Microsoft.

De acuerdo con White, este tipo de tecnología ya se está utilizando en algunas computadoras portátiles y celulares pero la meta es introducir su uso en cualquier tipo de transacción, desde actividades bancarias hasta compras en supermercados, sin tener que usar letras o números.

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