La transformación de un ingeniero en bailarín exótico

Armando Ochoa gana mucho dinero complaciendo a sus espectadoras

Además de una figura atlética, la preparación en los camerinos antes de un show incluye dar brillo al cuerpo con aceites y algo que no puede faltar es el vestuario para sus caracterizaciones.

Estas van desde bombero, pirata y policía hasta constructor y vaquero.

Pero como dice Armando Ochoa, las mujeres no se fijan en la ropa, sino en las "pompis" y el abdomen.

El espectáculo se desarrolla con movimientos eróticos al son de la música.

Así, los strippers pueden obtener jugosas ganancias, gracias a las propinas que les dan las clientas satisfechas con sus bailes.

Algunas están dispuestas a "gastar lo que sea" con tal de divertirse.

Armando dice que puede ganar algo más de $1,400 en dos horas.

Eso sí, esta profesión puede afectar las relaciones sentimentales de los hombres.

Según Armando, hay mujeres que le han dado la espalda al solo saber que es bailarín.

Sin embargo y a pesar de eso, actualmente Armando tiene una novia formal que aceptó su forma de ganarse la vida.

Y aunque no se arrepiente de las decisiones que ha tomado, para él sus días como bailarín exótico están contados.

"No me veo más de dos años bailando con el grupo", afirma. "Pienso que como promotor, totalmente aparte del grupo, yo tendría que contratar al grupo para que se presente en los lugares y estamos viendo algún tipo de sociedad con el dueño".

Con su novia, Armando visitó recientemente a su familia en El Paso, Texas.

Su madre, María Luisa Quiroz, le brindó todo su apoyo.

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