De camino a competencia nacional, accidente cambia su vida

Atleta que trabajaba para ser patinadora tuvo que modificar su sueño.

Brenda Osnaya inició desde muy pequeña a incursionar en el patinaje de alto rendimiento, pero su vida dio un giro inesperado al momento de dirigirse a una de sus competencias, pero este cambio en lugar de detenerla, la llevó a buscar una meta diferente.

“Desde niña siempre soñaba con ser campeona mundial de patinaje”, reveló Osnaya, quien inició a patinar desde los 8 años, “es un deporte en donde se alcanza la velocidad de más de 40 kilómetros por hora”, dijo.

Y tras un año de haber iniciado, su nombre ya empezaba a resonar en cada lugar al que se presentaba. Empezó a ganar medallas de oro y llegó a representar a México en campeonatos Centroamericanos y Panamericanos.

Pero durante el 2017, a sus 17 años y cuando pensaba en un mundial en Colombia, un accidente le cambió la vida. Y es que de camino a Puebla, México para una de sus competencias, “el chofer se quedó dormido, nos pasamos al otro lado de la autopista y chocamos de frente contra otro carro”.

Tras el accidente, la joven fue llevada al hospital para ser operada de emergencia, pero la lesión medular completa que sufrió, la llevó a utilizar una silla de ruedas por el resto de su vida, por lo que su sueño se vio modificado.

“Mi papá se acercó a mi cama, recuerdo que yo le dije que a mí no me importa que vuelva a caminar, lo que yo quiero es vivir”, dijo Brenda Osnaya, “yo no quería ver mal a mi familia, no quería que por mí ellos sufrieran. Al tercer día del accidente, yo ya estaba pensando en que otro deporte podía hacer desde una silla de ruedas”.

Poco después, Osnaya comenzó a practicar natación y logró destacarse en las paralimpiadas nacionales por tres años consecutivos desde el 2011, además de que logró un reconocimiento en Powerlifting, convirtiéndose en la actual bicampeona nacional de México.

Sus ganas de destacar en el deporte, la llevaron al paratriatlón, una variante del triatlón para atletas con discapacidad física o mental, disciplina con la que la joven atleta quedó fascinada porque sentía que vivía algo similar a lo que era el patinaje de velocidad.

“Se fortaleció y se está cumpliendo objetivos que nunca pensábamos”, dijo Jorge Osnaya, padre de Brenda.

Ahora la deportista de alto rendimiento se prepara para las paralimpiadas de Tokio en el 2020, “Yo digo que cada uno de nosotros somos los capitanes de nuestro barco de vida y que mi barco se llama -Nada es Imposible- está construido a base de fe, esperanza y sobre todo actitud positiva; el motor de mi barco es el amor y cuento con la mejor tripulación del mundo que es mi familia, nos dirigimos al puerto del éxito y de la movilidad”.

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