Los miembros de la familia Almeida, en el estado de Tabasco, en México, llevan consigo el estigma de pertenecer a un grupo familiar asociado con la delincuencia.
Es que varios hermanos, primos y tíos han estado conectados por largo tiempo con las actividades criminales y delictivas, según las autoridades de seguridad.
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'Nosotros somos de carne y hueso y tenemos nuestro corazón', dice José, un hombre que lleva el apellido a cuestas pero que, reconoce, se alejó del mal camino hace un tiempo. Es uno de los pocos de la familia que está vivo o libre.
José añadió que hace un mes, estuvo a cargo de la organización de los sepelios de cuatro primos. Uno de ellos murió tras haber desvalijado un auto, de acuerdo a las autoridades.
Los otros tres primos, fueron abatidos durante en enfrentamiento con efectivos de seguridad, donde también murieron tres agentes de policía.